Las zonas internas

1. QUÉ ES LA DISTRIBUCIÓN FÍSICA.

La Distribución Física es el término empleado para describir las actividades relativas al movimiento de la cantidad correcta de los productos adecuados al lugar preciso en el momento exacto.

La calidad del servicio, intrínseca a las operaciones de distribución, es fundamental desde el punto de vista estratégico, pues constituye para la empresa una importante ventaja competitiva que lleve a los clientes a su elección aunque el producto sea muy similar o incluso inferior al de sus competidores.


2. ETAPAS DE LA DISTRIBUCIÓN FÍSICA.

Para diseñar el almacén tenemos que limitarnos al espacio físico edificado y las necesidades requeridas para las mercancías a almacenar.

Debemos planificar el espacio destinado a almacén con el fin de conseguir los objetivos y rentabilidades establecidos en el plan logístico; para ello, antes de hacer la distribución es necesario conocer las siguientes necesidades:

- Mercancías que se desea almacenar: descripción, forma, tamaño, peso, propiedades físicas.

- Cantidad de unidades que se reciben en un suministro.

- Frecuencia del suministro: diario, semanal, quincenal, mensual.

- Medios de transporte externo: características y carga que transportan.

- Equipo de transporte interno: carretillas manuales, mecánicas, elevadores y tiempo utilizado.

- Cantidad de unidades a almacenar de cada producto (máximo, mínimo).

- Superficie de almacenamiento: según la altura y los métodos empleados.

En base a las necesidades anteriores, la distribución física puede dividirse en cinco

etapas:

1- Determinar las ubicaciones de existencias y establecer el sistema de almacenamiento.

2- Establecer el sistema de manejo de materiales.

3- Mantener un sistema de control de inventarios.

4- Establecer procedimientos para tramitar los pedidos.

5- Seleccionar el medio de transporte.

3. ALMACENAMIENTO.

El almacenamiento es necesario en distintos casos:

1) Cuando los productos se elaboran en determinadas épocas y se debe satisfacer la demanda durante todo el año.

2) Cuando la demanda está sujeta al fenómeno de la estacionalidad (Por ejemplo: los bañadores y los calefactores).

3) Cuando los lotes de transporte o expedición son distintos de los de fabricación.

Podemos clasificar el almacenamiento en función de la propiedad (almacenes públicos y almacenes privados) y en función a las instalaciones (almacenes simples y almacenes completos).

Para finalizar este apartado vamos a diferenciar y delimitar las siguientes zonas:

Zona de Recepción o de Entrada: es aquella en la que se descarga la mercancía, para después trasladarla al almacén. En primer lugar, debemos conocer los muelles, que por estar localizados en la zona externa necesitan espacio suficiente para que se pueda acceder y realizar la maniobra de los vehículos fácilmente. Se destinará una puerta de acceso al almacén para cada vehículo que tenga que descargar. Se adaptará el lugar de descarga a la altura del vehículo mediante elevación del muelle o excavando un hoyo con el fin de que el vehículo quede a la altura de la zona de descarga. Para saber los puntos de entrada que serán necesarios se deberá calcular el tiempo medio que tarda cada vehículo desde la espera hasta finalizar la descarga. Con el tiempo medio por vehículo podemos determinar si nos hace falta uno, dos o tres muelles, con el fin de que la recepción sea lo más eficaz posible y no tenga un coste elevado. En esta misma zona se puede destinar un área de control de la mercancía recibida, donde se comprobará el pedido que hemos realizado al proveedor con la mercancía recibida. Determinados productos requerirán una inspección de la misma, por lo que se deberá destinar un área de inspección para depositar la mercancía recibida con el fin de ser inspeccionada. En caso de que las paletas que vienen sean incompatibles con las utilizadas para el almacenamiento, se deberá prever un área para el trasvase de la mercancía de una paleta a otra.

Zona de Almacenamiento: es el lugar donde la mercancía quedará depositada hasta el momento de su expedición. Para el almacenamiento tendremos en cuenta las características de las unidades de carga, peso, volumen y con qué frecuencia tendremos que hacer los inventarios. Estos datos nos ayudarán a tomar decisiones respecto al tamaño y peso de las paletas, el tipo de estanterías y colocación de las mismas y la amplitud necesario en los pasillos; el control de inventarios nos determinará el lugar donde tenemos que ubicar la mercancía en función de la rotación o frecuencia de entrada y salida. En algunos almacenes, la zona destinada a almacenamiento se suele subdividir en dos áreas, una de reposición de existencias y otra de selección y recogida de mercancías.

Zona de Expedición: es el espacio donde se prepara la mercancía para enviar a los clientes. Estará determinada según la cantidad de solicitudes recibidas y el medio de transporte de reparto. En ciertos almacenes con gran movimiento de mercancías, esta zona puede tener un área de consolidación, que sirve para depositar y preparar la mercancía correspondiente a un pedido. En esta misma área se puede realizar el embalaje. En caso de que esta actividad no se pudiera desarrollar en el mismo lugar, debido a las características del mismo, o por el volumen de pedidos solicitados, se destinaría un área de embalaje. Una vez embalado el pedido se realizará un control de salidas que consistirá en comprobar las mercancías preparadas con las mercancías solicitadas. En el caso de no poder realizarse en el mismo espacio se dispondrá de un área de control de salidas. Para el diseño de esta zona hay que tener en cuenta la concurrencia de medios de transporte en horas punta y que este hecho no sea un inconveniente para dar al cliente un servicio eficiente.

Zonas Auxiliares: formadas por las áreas siguientes:

- Área de devoluciones: en ella se depositará la mercancía devuelta por el cliente, por defectuosa o exceso de pedido, hasta que una vez examinada la ubiquemos en el lugar correspondiente. También podemos depositar en esta zona, de forma separada, los artículos que nosotros tenemos que devolver a nuestros proveedores, por idénticas causas.

- Área de materiales obsoletos: en ella se depositan los artículos y herramientas que no estén en buenas condiciones de uso o venta y que posteriormente se venderán como chatarra, si es posible, o se llevarán a un depósito de basura.

- Área de oficinas o administración del almacén: aunque la empresa disponga de oficina central, es precisa una pequeña oficina para gestionar la documentación propia de las operaciones del almacén, tales como pedidos, albaranes, notas de abono y otros documentos. El ordenador o sistema de información de esta oficina debe estar en constante comunicación con el de la oficina central, es lo que se denomina una gestión integral de información.

- Área de servicios: es la zona destinada al descanso del personal.

4. TIPOS DE ALMACENAJE.

Como ejemplos de tipos de almacenaje podemos destacar los tres siguientes:

- Sistema convencional: se almacenan los productos unos sobre otros, según el concepto lineal.

- En estanterías estándar: disponen de una zona de picking en el primer nivel, sirviendo los demás niveles para el estockaje del mismo tipo de material a preparar.

- En estanterías compactas: para almacenar grandes cantidades de un mismo producto, resultando la manipulación ágil y rápida expidiendo en primer lugar el palé con más antigüedad.